El domingo pasado mi hija y yo fuimos a la iglesia. En la entrada recibimos un panfleto con los anuncios y el mensaje semanal. Me llamó mucho la atención el mensaje que recibimos y lo quiero compartir contigo.
El Árbol Bondadoso
Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de Manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él, trepaba el árbol, comía sus manzanas y tomaba siesta bajo su sombra, él amaba el árbol y el árbol amaba al niño.
Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste:
-Vienes a jugar conmigo?
-Pero el muchacho contestó: Ya no soy aquel niño que jugaba alrededor de enormes árboles, lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos
-lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero, pero te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas, de esta manera obtendrás el dinero para tus juguetes.
El muchacho se sintió feliz y así lo hizo. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero.
Otro día regresa y el árbol le pregunta:
-Vienes a jugar conmigo?
-Y él le responde, no tengo tiempo, necesito una casa, puedes ayudarme?
-No tengo una casa contestó el árbol, pero tú puedes cortar mis ramas y construir tú casa.
El joven cortó las ramas y construyó su casa y el árbol fué feliz nuevamente, pero el joven nunca más volvió.
Un cálido verano el hombre regresó.
-Vienes a jugar conmigo? pregunta el árbol nuevamente.
-Estoy triste y volviéndome viejo, quiero un bote para descansar, ¿puedes darme uno?
-El árbol contestó, puedes usar mi tronco.
El hombre cortó el tronco y se fué a navegar feliz por mucho tiempo. Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo:
-Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte. Lo único que me queda son mis raíces muertas. No tengo dientes para morder una manzana ni fuerzas para escalar, ya estoy viejo, solo necesito un lugar para descansar, las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para descansar, contestó el árbol, ven siéntate conmigo y descansa.
Esta es la historia de cada uno de nosotros. El árbol es Dios. Cuando somos niños lo amamos, pero al crecer muchas veces lo dejamos. Estamos tan ocupados en nuestras cosas que solo regresamos a Él cuando lo necesitamos.
Me ha conmovido esta linda historia. Asi somos, tanto con nuestro padre celestial, como con las personas, Aveces no somos lo suficientemente agradecidos con quien nos provee todo lo somos y lo que tenemos, y quien nos ha tendido su mano en el momento que hemos tenido una necesidad.
Es lamentable que solo lo buscamos cuando lo necesitamos! Gracias Karina por esta historia, con toda seguridad que nos hara reflexionar.
Que hermoso! Como nos hace falta detenernos un momento y dar gracias a quien nos a dado todo, incluyendo su vida.
Que historia mas bonita. Para dar gracias a Dios no necesitamps hacer grandes esfuerzos, desde donde estemos, dedicamos unos minutos para agradecer por todo lo que nos ha dado.
Que linda la historia.. A mi también me comovió..